Querido J:
Sé que no sabes que escribo, ni que es mi primera forma de desahogo
involuntario antes de sumergirme de
lleno en los bares. No te preocupes, acabamos de conocernos y aún guardo para
mí muchos secretos. Uno de ellos es que jamás leerás esto. Sólo somos dos desconocidos
que fingen conocerse y comparten largas noches entre cervezas, tabaco y sudor. Eso
lo tengo claro. Pero te voy a echar de menos. Tú no te das cuenta, pero tienes
la asombrosa facilidad de hacer sentir bien a la gente. Tampoco sabes que sigues guardando muchos más complejos de
los que crees aparentar, pero aun así yo los veo. Como veo tu miedo a sufrir y
hacerle daño a alguien como el que una vez te hicieron a ti. Sé que sólo soy una fase, una eventual compañera
de viaje en el que sigues buscándote a ti mismo. Sé que en dos semanas llego a
mi parada y me tengo que bajar. También sé que me escribirás y quizás volvamos
a vernos tras este largo verano, en el que follarás con otras e irás
recuperando ese pedazo de autoestima que aún sigue perdida mientras sigues con
tu vida. Sólo quería decirte que quiero
compartir contigo cada noche hasta que se nos vaya de las manos a lo Nueve
semanas y media, o hasta que consigas recobrar el vuelo del todo y conozcas a aquella
otra con la que termines abandonando este nido. No hace falta que te preocupes
por mí, estoy acostumbrada a convivir con el fracaso, y creo que siempre me
gustaron las causas perdidas. También quería decirte, que eres una persona
increíble con una mirada dividida entre la bondad y el vicio, y que no sé qué
complejos tienes, si nada más verte cualquiera estaría dispuesto a saltar por
el precipicio. Tienes esa sonrisa de crío tramando travesuras que se pone seria
hablando en pasado, y esa inteligencia pragmática, de gran conocedor de la vida
tras haber sufrido demasiado. Sé que no voy a ser el amor de tu vida, y que
esto acabará cuando conozcas a esa otra y termines olvidando mi nombre. Yo
jamás olvidaré el tuyo, porque me pusiste una corona de oro, me arropaste con
tus mantas y me preparaste cada día el desayuno. Siempre tendré que agradecerte
lo bien que te has portado conmigo, y el hacerme sentir como una reina haciendo
que me corriera siempre contigo. Ojalá pudieras verte durante un segundo como
yo te veo, aunque sea para adelantar todo el proceso.
Gracias por todas y cada una de esas noches que se alargan, y de sueños
que duran un mes.
Es bueno leerte después de tanto tiempo (y no es que te espié ni nada) nunca pensé que una chica pudiera saber tanto de las personas con solo tratarlas.
ResponderEliminarQuisiera tener a alguien que me vea así. Como alguien que se irá.
Gracias por leerme! tengo que ponerme al día con tus entradas nuevas. Yo en cambio no creo que tenga nada de bonito una despedida ante un final predecible; acaba siendo un final de todas formas.
ResponderEliminarJeje,la verdad es que yo tambien llevo algo de tiempo sin escribir, hasta ahora comienzo a despejarme. Pues no lo he experimentado, supongo que sabiendo que terminará pronto se disfruta diferente, es mas intenso. Pero no lo sé, quizá estando yo en segundo plano lo comprendería mejor.
ResponderEliminar