miércoles, 25 de junio de 2014

RETALES

Jamas sabras la verdad. Ya me encargo yo de ocultartela como si me fuera la vida en ella.

Me gustaría poder decirte a la cara lo que escribo en estos folios.

Cada vez que escucho tu nombre, lo primero que viene a mi cabeza son tus ojos. Eran de color ámbar y tu decias que no se podían comparar con los míos. Pero eran mejores que los míos. Tenian luz y me encantaba verme reflejada en ellos los días de sol. Me gustaba la forma que tenias de mirarme y quien era a traves de tu mirada. Cuando me esperabas en la esquina de la autoescuela, absurdo sitio para quedar pero que termino siendo nuestro sitio, apoyado sobre la pared y fumando un cigarro. Como los nervios afloraban en mi piel cuando te veia en la distancia. Llegaba y me sonreías, te pedía un cigarro y siempre me decias, eres demasiado joven, te reías, me abrazabas y caminábamos

La playa, fue nuestro hogar durante esos veranos, podíamos pasar horas. Y aunque tu no lo creas, las mejores citas las he tenido contigo. Me hacías reír como pocas veces me han hecho reír en la vida. Lloraba de felicidad, y eso es algo que pocas veces lo he conseguido en la vida. Como nos sentábamos en la arena y mientras el agua rozaba nuestros pies, discutíamos sobre el sentido de la vida, Dios y lo que era la felicidad. Y un día me dijiste algo que se ha quedado grabado a fuego en mi memoria, la felicidad es estar aquí, contigo y ver la luz que tienen tus ojos cuando estas conmigo. Y  eso me calentó hasta el alma. Por mucho que dijera la gente, por mucho que tu creyeras eres una de las personas mas jodidamente interesantes y geniales que he conocido en mi vida.

Me encantaban tus besos, tu olor. La forma que tenias de abrazarme y de acariciarme el pelo mientras contábamos estrellas. Me gustaba como me cogias de la mano y me apretabas fuerte, como diciéndome, estoy aquí, para ti. Recuerdo tu trencita, y como t decía que te quedaba fatal cuando realmente me encantaba.

Me gustaba cuando estaba bebiendo en la playa y me llamabas, nos tomábamos unos vodkas juntos y bailábamos. Cuando te hacías el interesante y yo me reía de ti. Cuando me picabas y me tirabas algas y yo me iba haciéndome la digna esperando que fueras detrás de mi, y tu no te movias ni un centímetro. Entonces tenia que volver y bajar el orgullo. Me enseñaste que el orgullo es una tontería y que la dignidad esta sobrevalorada. Me tenias perfectamente pillada la medida.

Y no olvidemos la química. Cuando estábamos en una habitación y parecía que nadie mas estaba alli. Tus amigos nos veían hasta casados. Yo te quería, pero tu a mi, creo que no.


Para ti, fui solamente unos veranos, unas risas y un rollito. Pero para mi fuiste magia, fuiste veranos de felicidad, de mariposas en el estomago. Fuiste noches de locura y tardes en la playa. Fuiste, a pesar d todo y de todos uno de los grandes amores de mi vida, y aunque tal vez ya no me recuerdes yo siempre te llevare grabado a fuego en mi alma.


•• Abril 2012, retales recuperados de la memoria del ordenador.


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