Un escalofrío que recurre mi médula espinal
Que va por cada uno de mis nervios
Y llega a todas las terminaciones nerviosas de mi cuerpo
Electricidad estática cuando te acercas.
Gotas de sudor y champagne.
Recorres con tus uñas la linea de mi columna vertebral.
Escalofríos y temperatura.
Tu juegas a volverme loca
y yo a morderte la boca.
Me sonríes y me pierdo en tu aliento.
Te agarro del pelo y suspiras.
Mano con mano y piel con piel.
Fuego artificiales y soplidos.
Vivir la gracia el momento.
Lo efímero siempre fue mejor que lo permanente
sábado, 28 de diciembre de 2013
jueves, 19 de diciembre de 2013
Vértigo.
Está claro que todo lo que sube
tiene que bajar, y si sigo cogiendo altura llegará el momento en el que me
falte el oxígeno. Pero como soy idiota, y finjo olvidar lo que duele hasta
matar, avanzo el pie derecho deslizándolo por otro peldaño. El mármol está frío
y yo voy descalza. Subo otro escalón más riéndome de la pena por quedarse en el
portal temiéndole al vértigo.
Dice Irene X que el amor es la
hostia, desde un décimo piso. Pero
cuando me crucé con la señora del perrito ya iba por el vigésimo tercero. Me acuerdo
porque es la edad que tengo, y por no haber visto esos números adornando
ninguna tarta. Sigo subiendo.
Mira si seré estúpida, que avanzo
otro tramo cuando siempre tuve miedo a las alturas. Con la de veces que me pediste
que me subiera a tu noria, ahora es cuando siento la necesidad urgente de un
poco de adrenalina. No sé muy bien lo que será estar de pie sobre aquella
cornisa, viendo bajo mis pies todo ese maravilloso paisaje que fueron dibujando
tus recuerdos, con la pasión y delicadeza del excelente pintor que siempre has
sido. Me da pánico ver toda tu obra desde otra perspectiva. De la de, esto es
lo que fue y no será. De la de mira lo que te has perdido.
Sigo subiendo a tientas pensando
que siempre podré excusarme de la misma manera que cuando te escribo un
Tequiero a las seis de la mañana. Lo siento. Iba muy ciega. Y pienso en lo
mucho que me dolerán las agujetas mañana; como dando por hecho que no fuera a
matarme la caída. Siempre fui una ingenua. (Supongo que ese sería mi epitafio
perfecto.)
El cristal de la ventana del trigésimo
primero está roto y yo sonrío. No sólo por el placer el aire fresco en la cara,
sino por el recuerdo del otro tipo de vidrio con el que tanto nos ha gustado
siempre follar. Y qué egoísta has sido, siempre esforzándote al máximo para
hacerme feliz, sabiendo que no podrá llegar ninguno después para superarte. Y
si no es por egoísmo, tu ingenuidad se ha comido a la mía. Si esto fuera para
siempre no existiría azotea desde la que saltar. Pero ya estoy subiendo.
Empiezo a correr. Debería ir más
rápido. Ya han pasado las 3 de la tarde y mi madre me estará esperando para
comer. No sé por qué piso voy, pero me ha entrado la risa floja. Intento buscar
una mirada cómplice con la que compartir mi sonrisa, pero no hay nadie. Este
viaje lo hago sola, y sin billete de vuelta.
Ya veo el cartel que señala la
azotea. Estoy escuchando la melodía al piano de Riesgo y altura. Parece que es
imposible que me saque a Quique de la cabeza. Sólo queda un tramo más de
escaleras. Subo los escalones a pares. Tengo ganas de gritarle al mundo entero.
Ya me siento en la cima. Ha cambiado la textura del aire. Estoy lista. Supongo
que ya me reencontraré con la pena o la muerte abajo. Son viejas conocidas y
siempre me tendieron su mano.
He llegado a la azotea. Empujo con
fuerza la manivela.
Pero la puerta está cerrada.
martes, 17 de diciembre de 2013
Me acorde de ti
Hoy no se porque me he acordado de tí.
Sin mas, de repente. Has reaparecido en mi memoria.
Te he recordado. Debo decir que cumpliste a la perfección el refrán
'un clavo saca a otro clavo' y quiero nombrarte como mi clavo favorito.
Me he acordado de las noches en las que me susurrabas al oido con tu dulce acento francés,
como te reías de mi y tus abrazos.
Tu eterna preocupación porque nunca llevaba pantalón largo y que cogiera frio.
Lo que te gustaban mis sombreros.
Tu acento y tus ojos.La forma tan sexy que tenías de guiñarme el ojo. Tus mordiscos en la oreja y tus besos.
Sobretodo tu colonia, pocos hombres huelen como olías tu.
Creo que sin duda, has sido una de las relaciones mas sanas que he tenido en mi vida.
Y me alegro.
También recuerdo lo que me dijiste cuando te despediste de mi con el mar de fondo.
En ese momento me dolió, pero ahora creo que lo entiendo.
'Eres salvaje, loca y joven. Eres como un animal incontrolable. Das miedo pero a la vez atraes. Pones muros alrededor de tí y no dejas que te conozcan. Eres perfecta para un rollo pero difícil para una relación. El dia que alguien tenga los cojones de romper tus muros, te ganará para siempre. Y el dia que te enamores de alguien, lo harás con tal intensidad que esa persona será muy afortunada. Y no pierdas tu tiempo con idiotas que no te valoren'
En ese momento no lo entendí, pero con el paso de los años lo entiendo.
Y solo quiero decirte, que aunque hace tiempo que no te veo y se que nunca leerás esto y que estarás en alguna bella ciudad de la costa francesa rodeado de mujeres ( porque ya nos conocemos eh ;)) ahora, mirando hacia detrás solo puedo decirte gracias. Eres de las pocas personas que ha sido realmente sincero conmigo.Que no ha hecho daño. Que me ha hecho llorar de risa y sentir mariposas en el estómago cuando realmente estaba jodida. Que me hizo olvidar.
lunes, 16 de diciembre de 2013
Si tú quisieras.
Si tú quisieras, me enamoraría de ti de forma terminal. Como una
enfermedad. Hasta la muerte.
La mía.
Si tú quisieras, volaríamos hasta Buenos
Aires de una simple caricia y bailaríamos un tango en la calle Corrientes,
Caminito o todo el barrio de la Boca, para acabar perdiéndome en la tuya.
Cada día, al caer la noche, lo
único que quedaría sería una tímida y vacía botella de tequila que nos vigilaría
paciente desde la mesita de noche mientras tú, te quedas conmigo. Y mi mano, en
tu costado.
Si tú quisieras, me saltaría más controles
que la matadora y aguantaría cada día el dolor de los tacones para tener así,
más cerca tu boca y con ella, la melodía perfecta.
Si tú quisieras, me raparía al cero
para que no me quedara un pelo de tonta y así me olvidara de pensar en algún pasado
idiota.
Podría, también, guardar en una
caja todos los besos que malgasto con otros para ofrecértelos a ti todos
pagados al contado.
Si tú quisieras, te leería cada
noche a García Márquez hasta que te quedaras dormido y pudieras soñar con
alguna ciudad perdida en Colombia donde pudieras perderte conmigo.
Y pasaría, todas las noches en vela,
velando tus sueños y contemplando consciente, lo frágil que pudieras parecer
mientras duermes.
Si tú quisieras, iría todos los
domingos a misa de 10 con mi falda más larga y rezaría los padrenuestros que
hicieran falta para que no te fueras nunca de mi cama.
Usaría de uniforme tu camiseta
gastada de los Rolling si quisieras retenerme como presa en cadena perpetua sobre
tu almohada.
Si tú quisieras, cambiaría café por
besos cada mañana, fingiría ser abstemia siete días a la semana y entonaría
bulerías a cada roce de guitarra.
Escucharía paciente, todas tus
canciones aunque siempre hablaran de otras y me quitaría la ropa por cada
sonrisa que quisieras cobrarte.
Si tú quisieras, no habría debajo
de la alfombra ni una sola duda y coloridos cuadros llenarían cada pared
desnuda.
Al terminar, te escribiría un
bolero y una ranchera de despedida aun sabiendo que lo nuestro sería para toda
la vida.
Si tú quisieras. Claro.
domingo, 15 de diciembre de 2013
Bad Boys
Y nos preguntamos que le pasa al mundo.Donde quedaron los caballeros de antes y los románticos de antaño que se suicidaban por amor. Nos creemos princesas con largas melenas rubias que esperan pacientemente en su torreón a su prÍncipe azul. Queremos vivir como en Love Story y que un chico guapo deje todo por nosotras.
Pero no nos engañemos, la vida no es cuento de hadas, no somos como las de Sexo en Nueva York. Y si me apuras, ni tan siquiera como las chicas de GIRLS.
Yo lo tengo claro, no busco mi media naranja, sino un mango con el que hacer un zumo delicioso.
Busco un Sid Vicious, un Kurt Cobain o un Iggy Pop. No aspiro a un princípe. Quiero un chico malo. Que me vuelva loca y haga que mis bragas se empapen con solo verle. Que me haga ser fácil. Que me rompa la lencería a mordiscos y que me cante al oido. Que me invite a alcohol , a tabaco y a drogas. Alguien atormentado pero genial. Loco y neurótico.
Estoy harta, muy harta de capullos cobardes. Chicos que prefieren esconderse y recular. Que no tienen un par de cojones para empotrarme contra la pared.. Que fijan buscar un polvo desenfadado pero que realmente buscan a una chica de antes, de las de tacón alto y melena larga. Quiero les ponga verme borracha, bailando sobre un escenario. Que mi ridículo sea su placer.
Que me utilicen, que nos utilicemos. Que me manden mensajes borrachos a las 5 de la mañana para deleitarse en mi espalda. Romper camas y quemar sábanas. Nada complicado.
No pierdas tu tiempo diciéndome que me quieres, arráncame la ropa, empotrame contra la pared, tiráme del pelo. Susurrame guarradas al oído y arañame la espalda. Muérdeme los labios y hazme gritar. Es lo único que te pido
Que me utilicen, que nos utilicemos. Que me manden mensajes borrachos a las 5 de la mañana para deleitarse en mi espalda. Romper camas y quemar sábanas. Nada complicado.
No pierdas tu tiempo diciéndome que me quieres, arráncame la ropa, empotrame contra la pared, tiráme del pelo. Susurrame guarradas al oído y arañame la espalda. Muérdeme los labios y hazme gritar. Es lo único que te pido
Bendita Juventud
Bares oscuros,amaneceres fumando en una terraza.
Copas interminables y guitarras.
Reírse tan alto que la gente se gire por la calle.
Cerveza como agua y gintonics como café.
Fumarse un cigarro como excusa para follar.
Conocer desconocidos.
Sabanas mojadas y ropa por el suelo.
Bailar sobre las plataformas.
Labios rojos y chupitos de Jagger.
Conciertos y música.
Acabar noches en camas desconocidas.
Tatuajes, pitillos y patillas.
Chicos guapos y sexys.
Lencería bonita y encaje.
Perder las bragas, la verguenza y si me dejas hasta la dignidad.
Caricias inocentes y miradas matadoras.
Locuras varias y variopintas.
A que no te atreves?
Follar con Iggy Pop de fondo siempre fue más sexy.
Caliente como el sol. Frío como las madrugadas de invierno.
Besos tras farolas y mordiscos.
Mezclas que parecen imperfectas pero terminan siendo el mejor cóctel.
Alegrarte de que te llamen mala influencia.
Siempre más, nunca es suficiente.
Porque joder, que más da. Somos jóvenes.
Juventud es eso, creer que vivirás para siempre.
Copas interminables y guitarras.
Reírse tan alto que la gente se gire por la calle.
Cerveza como agua y gintonics como café.
Fumarse un cigarro como excusa para follar.
Conocer desconocidos.
Sabanas mojadas y ropa por el suelo.
Bailar sobre las plataformas.
Labios rojos y chupitos de Jagger.
Conciertos y música.
Acabar noches en camas desconocidas.
Tatuajes, pitillos y patillas.
Chicos guapos y sexys.
Lencería bonita y encaje.
Perder las bragas, la verguenza y si me dejas hasta la dignidad.
Caricias inocentes y miradas matadoras.
Locuras varias y variopintas.
A que no te atreves?
Follar con Iggy Pop de fondo siempre fue más sexy.
Caliente como el sol. Frío como las madrugadas de invierno.
Besos tras farolas y mordiscos.
Mezclas que parecen imperfectas pero terminan siendo el mejor cóctel.
Alegrarte de que te llamen mala influencia.
Siempre más, nunca es suficiente.
Porque joder, que más da. Somos jóvenes.
Juventud es eso, creer que vivirás para siempre.
miércoles, 11 de diciembre de 2013
Abecedario revolucionario.
Aplaudamos a todos esos hombres
que buscan
desesperados
la mujer de
medidas perfectas
no siendo en
absoluto selectas
sus prácticas
sexuales.
Abracemos la
soledad consumiendo pornografía
en lugar de
cobrarnos en llantos las partidas.
Bebamos de ese cáliz
que en
nuestra muerte nos da la vida
y nos
sorprende al día siguiente
en bragas
con la resaca
de una desconocida.
Brindemos
por la Esteban porque ha escrito un libro
mientras la
gente se amontona pidiendo una dedicatoria,
en lugar de
pedir y exigir sus derechos a aquellos políticos.
Pobres
ellos,
que además
de mudos son ciegos,
Y el clero
implora
por el
desuso del condón y el sexo anal
cuando ya
les podrían dar bien por culo a todos
ellos sin excepción
y sin
experimentación de placer alguno.
Bailemos al son de cualquier paria que se cree artista,
cuando el
verdadero arte está huérfano de madre
y pobre de
recursos.
Y la nueva
filosofía es la de los usos
de los
emoticonos que te manda el tronista de turno,
que más que
galán o tuno
me resulta
machista y bufón.
Besemos con
lengua y descaro cada una de nuestras tristezas
Y guiémosle
el ojo a la pobreza
Que estando
lejana nunca interesa.
Construyamos viviendas sin control
y paguemos
en negro.
Porque si
hablamos de dinero,
a todos nos
gusta ese color.
Dediquémosle unas palabras a Nelson
Mandela,
porque algo
ha tenido que hacer ese señor si ahora es Trending topic,
y su cara
aparece en todas las cadenas.
Destrocemos
corazones ya rotos, con mentiras
y añadamos
más heridas
a ese órgano
tan necesitado de medicación.
Escuchemos con atención a ese
cantautor que habla de amor
buscando
penetración.
Follemos sin medida
sin preocuparnos
de que la caída
luego será peor.
Gritemos nuestra felicidad al viento
o como
gritan los profetas en la plaza mayor.
Hagamos examen de conciencia sobre
nuestros pecados
y en
especial los de la carne.
Cobarde.
El que no se
confiese.
Inventemos historias de piratas
y escondamos
el tesoro en alguna isla secreta
que puede
llamarse Caimán,
o Suiza,
Andorra y Gibraltar.
Porque lo
único importante
es que sea
paraíso fiscal.
Juguemos a ser corsarios
que en lugar
de invadir barcos
colonicen tu
boca con besos.
Keramos sin querernos a nosotros
primero,
y dejando
siempre la ortografía para luego.
Lamámonos las heridas
como la
leona a sus crías
en lugar de
echar más leña a la hoguera encendida.
Mintámonos fingiendo que no nos
echamos de menos
mientras nos
escudamos
tras las
pantallas del ordenador
dedicándonos
sentidos estados
(De Facebook
por supuesto)
Nademos dentro de vasos de alcohol
En contraposición
a las horas
gastadas en el diván
de aquel
afamado psicólogo.
Observemos celosas
los pasos de
las chicas hermosas
mientras practicamos
dietas milagro.
Pidamos cuidado y dedicación
para con
nosotros
y paguémoslo
agarrándoos por la nuca
cuando nos
practicáis una felación.
Queramos siempre imposibles
que permanecen
impasibles
ante nuestra
eterna devoción.
Rajémonos las vestiduras
Mientras perdemos
la cordura
Por algún
santo varón.
Salgamos a la calle a celebrar el
mundial
y calentemos
el sofá
cuando nos
tengamos que manifestar de verdad.
Tiremos piedras
y lapidemos
mujeres inocentes
mientras
escondemos la mano
para
abofetear a la siguiente.
Utilicemos adolescentes como
prostitutas
porque sus
cuerpos son gloria
y lo único
que importa es la minuta.
Vivamos por encima de nuestras
posibilidades
porque no es
nadie el que no compra,
y si no se
gasta no se disfruta.
Con W, X, Y,
y Z no se me ocurre nada más que criticar.
Y este texto
ya es demasiado extenso por mi culpa.
Papeles secundarios.
Estoy cansada de papeles secundarios,
y de morir siempre en la primera escena con un impacto directo en la sien.
Ya sé que no soy quien para lamentarme,
pero me encantaría poder alegrarme
alguna vez
al ganar el Oscar en la categoría de actriz principal.
Pero ese papel nunca llega.
Mientras, mi vida pasa, como en Atrapado en el tiempo.
Y aunque creo que tiempo me queda mucho,
cordura más bien poca.
Apoyo la copa,
y añado otro nombre.
A la lista infinita de galanes del celuloide ,
que en un final predecible
desaparecen de plano
con la sobreactuada protagonista de la mano
y cuerpo de estrella de cine.
y de morir siempre en la primera escena con un impacto directo en la sien.
Ya sé que no soy quien para lamentarme,
pero me encantaría poder alegrarme
alguna vez
al ganar el Oscar en la categoría de actriz principal.
Pero ese papel nunca llega.
Mientras, mi vida pasa, como en Atrapado en el tiempo.
Y aunque creo que tiempo me queda mucho,
cordura más bien poca.
Apoyo la copa,
y añado otro nombre.
A la lista infinita de galanes del celuloide ,
que en un final predecible
desaparecen de plano
con la sobreactuada protagonista de la mano
y cuerpo de estrella de cine.
martes, 10 de diciembre de 2013
No fue una coincidencia.
Lleno los márgenes de mis apuntes con recuerdos tuyos.
Y la tinta de mi boli Bic ya está gastada de tanto pensarte.
No consigo explicar por qué te escribo tantas palabras si no te mereces ni una sola de mis caricias.
Ni cómo consigo terminar una frase, si apenas recuerdo ya tu sonrisa.
Estoy cansada de tirarme suicida desde un décimo piso
y de tirarme a cualquieras tras cerrar cualquier bar.
No enciendo el móvil desde que dejé de esperar tu llamada.
Esa es la única certeza que tengo agarrada por la nuca.
Que no llamarás.
(Ni me escribirás.
Ni te acordarás de mí cuando pidas otra ronda.
Ni cuando beses a otra.)
Mientras yo seguiré juntando palabras
y llenando folios dedicados a aquella sonrisa.
La tuya.
Me miento al creer que todas esas mamadas necesitan un mínimo reconocimiento.
O las veces que te corriste conmigo.
O sobre mí.
O sin mí pero conmigo.
Porque fue lo único que hicimos.
Fantaseo con que mis sueños puedan agarrarse fuerte al aro de tu pendiente.
Porque gilipollas es el adjetivo que mejor me describe.
Sé que nunca seré tu musa,
aunque seguramente no me merezca un solo verso.
Pero me muero de celos porque los versos de otros siempre tengan que hablar de ti.
Y odio esta puta debilidad tan falta de reciprocidad.
Me gustaría que nos escondiéramos en la trinchera de tu habitación
bien aprovisionados de cerveza,
escuchando a los Beatles,
contándonos vergonzosas confidencias
y sin dejar jamás que se enfriara nuestra cama.
Porque me gustaría que algún día tu cama pudiera ser NUESTRA.
Me gustaría verte despertar alguna vez
en lugar de tener que irme mientras duermes.
Porque no estoy hecha para esa fría despedida.
O la caliente que pudiera ser, siendo a la vez mentira.
Me gustaría que me pasearas por la calle de tu mano,
en lugar de la barra al baño.
Y agarrarte del pelo tirando fuerte,
hasta que gritaras aquello de: joder jefa
que murmuraste en aquel cuarto.
Me gustaría que me comieras
con el ansia de la última fila de butacas de cualquier sala de cine.
Y que me lo comieras de cine.
Mientras la protagonista de aquella película se corre cuesta abajo y sin frenos.
Por último me gustaría que me vieses idiota.
Inocente.
Ilusionada.
Adolescente.
Apasionada.
Confidente.
Entregada.
Inteligente.
Y decirte,
que la siguiente certeza,
es que quiero que sepas,
que soy mejor que otra cualquiera.
Y si alguna vez me ves enfadada,
quiero que me beses,
y comprendas
que la similitud entre follarme y fallarme no era mera coincidencia.
Sueño que eres.
Eres el gintonic sin tónica que nos pusieron en aquel bar. El perro callejero que no necesita compañía. El chulo que guiña un ojo a la camarera para no tener que pagar la mitad de las copas. Quien nunca me llama pero siempre pide que me quede. Al único que dejo llamarme nena.
Eres el dulce chute de azúcar tras un amargo amarillo. La brisa de la calle en la cara cuando estoy al borde del coma etílico. El placer del primer café de la mañana y de la última calada del último cigarro de la noche.
Eres el recuerdo de cerveza ya caliente que descansa al final del tercio. Eres las reglas de mi juego favorito en el que sé exactamente cómo tirar el dado para ganar la partida. Eres el momento de la noche en el que pierdo la cuenta de mis copas.
Eres un solo de Keith Richards y una canción de Extremoduro. Eres un cantautor con copa de whiskey en la mano. Eres el ibuprofeno de resaca y el placer de dormir en mi cama después de un festival. Eres la eterna copa a medias y el insolente sol que entra por tu ventana con cada despedida.
También eres la felicitación de cumpleaños que nunca llegó. El príncipe encantado de una sola noche. Mi Sid Vicious sin ocupar yo el papel de Nancy. Y eres mi multa de tráfico por exceso de velocidad cuando yo solo quiero correr y correrme contigo…
Entonces me despierto, con la diestra cobijada al calor de mis bragas.
Te odio.
Te odio. Te odio mucho. Te odio porque me has convertido en lo que siempre he aborrecido. Odio tu sonrisa de niño travieso y tus ojos negros. Odio cuando me besas de repente, sin explicación, mientras te estoy contando cualquier tontería. Odio como vemos amaneceres desde cualquier calle de Madrid. Odio tu forma de tocarme, la electricidad que siento desde las plantas de los pies hasta el cuello cuando me rozas. Odio que siempre finjamos delante de los demás. Que lo nuestro acabó, que ya no somos nada. Odio que me conozcas y sepas que los besos en la nuca me vuelven loca. Odio ver como te ríes con mis historias y como me tomas el pelo. Odio sentir que he perdido una batalla, la guerra. Nuestra guerra de orgullos, de faroles. Odio ver que ahora sabes jugar mejor que yo al juego que invente.Que antes mandaba mi cabeza y ahora manda mi corazón, y sobretodo, que tú lo sabes. Odio sentir que siempre que voy de farol me descubres. Odio llorar, llorar por ti. Odio perder la cabeza por ti y que tú ni pierdas un minuto recordándome. Odio ser vulnerable como nunca lo había sido. Te odio, porque creo que por primera vez, se han cambiado los papeles
No love.
Siempre he creído que soy inenamorable (vamos, que es difícil enamorarse de mí) y últimamente eso se confirma. Yo seré a chica con la que te tomes unos gintonics y acabes sobre una barra de bar bailando. Follarás conmigo en el baño hasta que nos pillen y nos echen. Beberás cerveza y escucharás buena música. Te reirás hasta llorar y me vacilarás. Haremos locuras cuando la noche caiga en Madrid. Te darás cuenta de que en el fondo me quieres. Nuestra relación sera un círculo vicioso. Seré aquella con la que le pones los cuernos a tu novia/mujer/amante. Confiarás en mí aunque no te des cuenta. Compartiremos secretos, secretos oscuros, de los que nadie podrá saber nada. Pero no seré aquella a la que le das los buenos días. A la que llamas sin parar, ni tampoco a la que vas a buscar con un ramo de flores. No seré a la que presentes a tu familia ni a tus amigos como tu novia, seré tu amiga. Por mí no llorarás, ni te acordarás de mí sino me ves. No me escribirás una tarde de invierno para tomar un café y pasear. Nadie escribirá una canción sobre mí, ni sobre nosotros. No me querrás como la quieres a ella. Jamás me nombrarás ni aburrirás a tus amigos hablando de mí. No te preocuparás por mí ni me dirás, llámame cuando llegues a casa. No me darás un beso en la frente cuando esté enferma ni seré tu acompañante en una boda. No seré la que te enamore ni tampoco con la que te cases. Mejor dicho, ni tan siquiera seré la que te de celos, con la que tendrás una relación importante. No seré tu gran amor. No te importará lo que yo sienta o yo haga. No seré tu debilidad.
Y sabes lo peor de todo, que yo siempre me he querido convencer de que me daba igual estar en esta posición. Hasta que te veo alejarte con ella y te veo sonreír cuando ella está cerca. Te veo dedicarle canciones y frases de forma indirecta. Veo que no tengo nada que hacer para competir. Y por primera vez duele. Pero no voy a decirlo. Ya perdí el orgullo y no lo volveré a perder.
Pero por primera vez, me gustaría sentirme especial.
Dulce introducción al caos.
La rutina y la soledad se quedaron atrás cuando te conocí. Fue entonces cuando el caos más absoluto entró en mi vida. Caos oculto tras un cuerpo tatuado que siempre prometía mucho más de lo que cumplía. Noches en vela y vasos de alcohol nos acompañaban cada noche en los locales más oscuros de Madrid. Susurros tontos. Besos cortos. Libertad y lujuria nunca antes consumidas.
Cada día recorríamos la Gran Vía con destino tu cama; y más tarde a la mañana me despedía como si realmente no sintiera nada. Rímel y pintalabios en el ascensor intentaban ocultar todo el desfase de la noche ya acabada. Moratones escondidos que aparecían en la ducha y me hacían sonreír al recordarte. Las risas y llantos batallaban cada día. Momentos en los que ficticiamente sentías. Una de cal y otra de arena constante. Mentiras. Obsesivos celos. Mentías…
Las semanas pasaban mientras me decías que me echabas de menos. Despedida en un hotel de la capital. Mezclamos vino, cristal y lencería. Estuviste increíble conmigo. Fundidos de forma permanente en un solo cuerpo. La euforia y la relajación más absoluta en un mismo sentimiento. Es duro saber que la mejor noche a tu lado sería tras la que yo marchaba. Jamás podré olvidar lo que sentí aquella noche con cada roce de tus manos, ni la tranquilidad que tenía recorriendo el tatuaje de tu pecho con las mías. Plaza España y yo siempre recordaremos nuestro último abrazo.
Dulce introducción al caos donde ya no hay cabida para más mentiras.
Promises.
Nunca fui de promesas vacías, ni tampoco de para siempres.
Yo sólo prometo lo que puedo asegurar.
Te ofrezco el mejor día de tu vida.
Te prometo risas y locura.
Tomaremos café negro, el mejor de Madrid.
Pasearemos sólo por el placer de caminar.
Te enseñaré mis sitios favoritos y te contaré mis secretos más oscuros.
Te enseñaré magia, mas bien, durante un día seremos pura magia.
Miraremos a las nubes mientras inventamos un idioma.
Crearemos un mundo donde solamente estaremos tú y yo.
Seremos nosotros, genuinamente. Sin trampa ni cartón.
Bailaremos subidos a un banco y nos reiremos hasta que nos duela la barriga.
Cantaremos por la calle y haremos travesuras.
Beberemos gintonics y fumaremos cigarros de la risa.
Te besaré como nunca te han besado. Besos con ganas.
Como si mañana no existiera. Como si el mundo se acabara hoy.
Tú y yo seremos únicos.
Crearemos instantes irrepetibles.
Iremos a los antros más oscuros donde están las mejores personas.
Viajaremos a todo el mundo sin salir de Madrid.
Te daré la mano y te sentirás seguro. Que realmente estoy a tu lado.
Nos disfrazaremos y no haremos promesas.
Veremos amanecer desde tu cama.
Esto es todo lo que te puedo prometer.
Solo prometo lo que puedo abarcar.
No te diré que mañana estaré a tu lado. Que al día siguiente no me habré ido.
No te prometeré amor para siempre. Pero te puedo asegurar que cuando esté contigo
Serán los mejores días de tu vida
Cinco minutos.
Me levanto de la cama sólo para escribirte.
Porque al menos cinco minutos al día, pienso en TI.
Aunque sea para odiarte por no llamarme,
a pesar de no tener mi número.
Por no regalarme versos de Sabina.
O quizá y sólo quizá,
por lo sonriente que apareces en las fotos abrazado a aquella rubia.
Y no hay reproches que valgan,
porque ni te conozco, ni me conoces.
Pero me gusta tirarte del pelo,
y ver esa pícara sonrisa tras haber descubierto tu travesura,
cuando una vez al mes compartimos cama.
Y esos abrazos tan desmedidos como fingidos
que se olvidan a la mañana siguiente
con esa amnesia repentina,
pero a los que me agarro para no ahogarme,
porque son ya muchas las lágrimas derramadas.
Porque al menos cinco minutos al día, pienso en TI.
Aunque sea para odiarte por no llamarme,
a pesar de no tener mi número.
Por no regalarme versos de Sabina.
O quizá y sólo quizá,
por lo sonriente que apareces en las fotos abrazado a aquella rubia.
Y no hay reproches que valgan,
porque ni te conozco, ni me conoces.
Pero me gusta tirarte del pelo,
y ver esa pícara sonrisa tras haber descubierto tu travesura,
cuando una vez al mes compartimos cama.
Y esos abrazos tan desmedidos como fingidos
que se olvidan a la mañana siguiente
con esa amnesia repentina,
pero a los que me agarro para no ahogarme,
porque son ya muchas las lágrimas derramadas.
Y esos mordiscos que me das en mi nariz,
todavía virgen,
cuando tú vas hasta las cejas de coca.
Con tu chulería innata al encenderte un cigarro,
digna de los mejores años de Marlon Brando.
todavía virgen,
cuando tú vas hasta las cejas de coca.
Con tu chulería innata al encenderte un cigarro,
digna de los mejores años de Marlon Brando.
Y entonces sueño
que compartimos sueños,
música,
y humo.
que compartimos sueños,
música,
y humo.
Porque nos pueden los bares y las ganas
mientras brindamos por lo que nos gustan las barras.
Pero te odio porque vas de estrella del rock sin serlo
y de poeta trovador disfrazado de putero.
mientras brindamos por lo que nos gustan las barras.
Pero te odio porque vas de estrella del rock sin serlo
y de poeta trovador disfrazado de putero.
Te odio porque a pesar de no haberme proporcionado ningún polvo decente
sigo queriendo acostarme contigo.
sigo queriendo acostarme contigo.
Te odio por no tener el mismo interés en conocerme,
que yo de olvidarte.
que yo de olvidarte.
Te odio porque al final
siempre acaba pesando más el físico
que la química.
siempre acaba pesando más el físico
que la química.
Pero prefiero dedicarte a ti cinco minutos,
que un puto segundo,
a cualquiera de las heridas que tengo abiertas
y me desangrarían al instante.
que un puto segundo,
a cualquiera de las heridas que tengo abiertas
y me desangrarían al instante.
Pero al menos cinco minutos al día pienso en ti.
Para odiarte.
Para odiarte.
Por no poder follarte.
Círculos viciosos.
Mismo bar, misma barra. Labios rojos. Ella con sus amigas, bebiendo gintonics y celebrando que aun son jóvenes. Y de repente le ve, a través del humo y de la gente. Suena Bowie, no podía ser de otra manera. A ella le da un vuelco el estómago y se dirige decidida a saludarlo. Antes de acercarse le observa, mismos pitillos negros, camiseta y ese tatuaje que a ella tanto le gustaba. Pelo ensortijado y patillas. Otra cosa no, pero él siempre fue muy guapo. Ella se acerca, y le saluda. Dos besos de rigor. Hace más de un año que no se ven. Hablan de su vida. Él como siempre sigue de bar en bar y de cama en cama. Viviendo del aire y emborrachándose cada noche. Jactándose de cada conquista y haciendo muescas en el cabecero de su cama.Se cree guapo y sexy. Que la tiene en sus manos. Pero ya no es así. Ella se da cuenta lo que ha aprendido. Lo que él la enseñó. Domina la situación por primera vez en mucho tiempo y eso le encanta. Se acerca a su oído y le susurra, ¿salimos a fumarnos un cigarro?. Nunca la ley antitabaco ayudó tanto. Fuera ella se acerca y le besa. No es un beso de amor, ni tan siquiera de cariño. Es un beso de pasión, de sexo y de locura. Un beso de agradecimiento por haberle hecho tanto daño, de que gracias a él ya no cree en los príncipes azules. Y comienzan a besarse. Él dice, madre mía, cómo has cambiado. Y ella le coge de la mano y le lleva a su casa. Música y gintonics. Tabaco y besos. Y terminan acostándose. Sábanas, arañazos y moratones. El siempre decía, tienes que ser mas salvaje y ahora es él quien se queda corto. Después del polvo, cigarro de rigor y ella le dice, cariño tienes que irte, mañana tengo que sacar al perro y no te puedes quedar. Su cara fue un poema, él siempre ponía la misma excusa. Pero si quieres follar, ya sabes, llámame. Y tras decir eso, se da la vuelta y duerme placidamente.
A la mañana siguiente, él la llama. ¿Quedamos? y ella feliz, dice, no lo siento. He quedado con mis amigas. Y por fin se da cuenta de que ha roto ese círculo vicioso.
Alfombra roja.
Y por mucho tiempo que pase la herida sigue abierta. Ya da igual los quilos de tierra que ponga por medio o los cerrojos que eche a mi puerta; siempre tendrás esa asombrosa capacidad de meterte por todos los rincones consiguiendo hacerme sangrar por cada una de mis venas.
Y yo, como acostumbro a pecar de gilipollas veo un atisbo de verdad en cada una de tus mentiras. Recuerdo con nostalgia cada una de tus caricias fingidas y esa primera vez en la que rompimos la cama entre bambalinas.
Y aún nos veo paseando por la alfombra roja, cogidos del brazo y sonriendo mientras apuramos de un trago cada copa.
Fuiste un amor de verano duradero y mi salvaje amante en cada noche de desenfreno. Caía en tus redes a cada paso que daba, sabiendo que mentías aunque dudara.
Y aún recuerdo esa despedida sabiendo que no sería la última. Entre lencería y copas de vino muy bien adornadas, hicimos todo tipo de florituras en la cama.
El caos y la violencia venían implícitos en tu nombre pero jamás pensé que albergara tantas lágrimas derramadas.
Y ahora no es roja la alfombra por la que paseamos sino el pelo de la chica que te acompaña. Y ya no soy yo a quien cuentas tus sueños, pero en cambio sí quien sigue soñando contigo cumplirlos.
No nos engañemos.
Nadie cambia. Nunca me cambiarás, ni yo te cambiaré a ti. Seguiré bebiendo hasta que el cuerpo aguante y viendo amaneceres antes de acostarme. Tu seguirás fumando tabaco negro y haciendo de la cerveza la base de tu alimentación. Yo seguiré hablando mucho y riéndome alto y tú seguirás mirándome con una mezcla de condescendencia y cariño. Yo seguiré bailando y besándome en las esquinas, acabando en el baño y tu seguirás invitando a las chicas a café.
Jamás cambiaremos. Nosotros no estamos hechos para tener románticas citas mirando el atardecer sino más bien para beber cervezas en antros mientras nos metemos mano descaradamente. Yo no podré fingir que soy una chica buena y sumisa y tu no podrás dejar de intentar parecerte a James Dean. Nosotros seremos de follar en el baño, en la cocina o en la mesa. De pie, contra la pared. No pondremos pétalos en la cama ni velas para mejorar el ambiente. No veremos el diario de Noa mientras nos acurrucamos en el sofá, sino que más bien veremos Trainspotting mientras nos fumamos unos petas.
No iremos a cenar, sino que comeremos una pizza en la calle tras un concierto. No haremos el amor, sino que follaremos. Con moratones y arañazos y quedándonos sin aliento.
No me llamarás amor, gordi ni churri. Tú eres más de tonta y payasa. No me regalarás lencería fina sino que me la romperás a mordiscos. No me escribirás whatsapps ni mensajes de buenos días, me llamarás para follar, beber o salir.
Nosotros seremos un 90% sexo y un 10% amistad.
Por como decía Pereza,no queremos ser como los demás.
lunes, 9 de diciembre de 2013
No soy.
No soy la chica que se pone unos tacones y se retoca el maquillaje en el baño. No me miro el pelo en el espejo antes de salir de casa y mucho menos al volver. No soy la chica que cuida el esmalte de sus uñas. No soy la que acostumbra a llevar clínex en el bolso, pero soy la que llora con cualquier concierto en directo. No soy de las que quieren mensajes de buenos días y las que no conciben el sueño si no hay uno de buenas noches. No soy la chica obediente con sonrisas complacientes que idolatrará alguna de tus virtudes. No soy la chica a la que le gustan las discotecas pero me gusta bailar en los lugares más inoportunos. No soy de combinar zapatos y bolsos pero siento aversión por las sombras de ojos azules y las manoletinas con calcetines. Soy de las pocas que no esperan príncipe azul de ojos azules y pelo rubio ensortijado. No soy la chica que intentará complacer a tu madre. No siempre soy educada. No soy la chica más cariñosa del mundo. Soy más de beber en pareja que de cenar en un restaurante caro. Soy más de follar que de agarrarte por la calle la mano. No soy la chica que esperará algo de ti porque nunca me han dado nada. No soy la que te pedirá explicaciones. Soy de terminar relaciones en habitaciones de hotel y sin bragas. Y soy la soñadora que sigue buscando la playa de Madrid siempre bajo las mismas sábanas. Las tuyas.
Así que fóllame ahora o calla para siempre.
Di me que yo.
"Mira, quizá tu chica estaba muy confundida.
Pero yo tengo muy claro qué quiero de un tío.
Básicamente quiero que me haga sentir que no
estoy desaprovechando mi vida, porque es muy
corta… Quiero que me abra las piernas, no el
cielo, pero que lo haga cada noche. Quiero que
sepa mentirme. Quiero que no me importen sus
mentiras porque se deja el alma cuando está
conmigo. Quiero que sea generoso porque
pueda permitírselo, no porque obliguen las
buenas maneras. Quiero que tenga sangre en
las venas, que me grite lo puta que soy cuando
lo abandono. ¡Quiero un poco de épica! Quiero
que le dé igual lo que yo haga cuando no estoy
con él porque sabe que no encontraré a nadie
mejor. Quiero que me tiemblen las rodillas
cuando me agarra la nuca. Quiero que la tenga
bien grande y que el tamaño sí importe."
Esta primera entrada no es nuestra,
pero nos sirve muy bien como declaración de intenciones.
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