miércoles, 11 de diciembre de 2013

Abecedario revolucionario.

Aplaudamos a todos esos hombres
que buscan desesperados
la mujer de medidas perfectas
no siendo en absoluto selectas
sus prácticas sexuales.

Abracemos la soledad consumiendo pornografía
en lugar de cobrarnos en llantos las partidas.

Bebamos de ese cáliz
que en nuestra muerte nos da la vida
y nos sorprende al día siguiente
en bragas
con la resaca de una desconocida.

Brindemos por la Esteban porque ha escrito un libro
mientras la gente se amontona pidiendo una dedicatoria,
en lugar de pedir y exigir sus derechos a aquellos políticos.
Pobres ellos,
que además de mudos son ciegos,
Y el clero implora
por el desuso del condón y el sexo anal
cuando ya les podrían dar bien por  culo a todos ellos sin excepción
y sin experimentación de placer alguno.

Bailemos al son de cualquier paria que se cree artista,
cuando el verdadero arte está huérfano de madre
y pobre de recursos.
Y la nueva filosofía es la de los usos
de los emoticonos que te manda el tronista de turno,
que más que galán o tuno
me resulta machista y bufón.

Besemos con lengua y descaro cada una de nuestras tristezas
Y guiémosle el ojo a la pobreza
Que estando lejana nunca interesa.

Construyamos viviendas sin control
y paguemos en negro.
Porque si hablamos de dinero,
a todos nos gusta ese color.

Dediquémosle unas palabras a Nelson Mandela,
porque algo ha tenido que hacer ese señor si ahora es Trending topic,
y su cara aparece en todas las cadenas.

Destrocemos corazones ya rotos, con mentiras
y añadamos más heridas
a ese órgano tan necesitado de medicación.

Escuchemos con atención a ese cantautor que habla de amor
buscando penetración.

Follemos sin medida
sin preocuparnos de que la caída
luego será peor.

Gritemos nuestra felicidad al viento
o como gritan los profetas en la plaza mayor.

Hagamos examen de conciencia sobre nuestros pecados
y en especial los de la carne.
Cobarde.
El que no se confiese.

Inventemos historias de piratas
y escondamos el tesoro en alguna isla secreta
que puede llamarse Caimán,
o Suiza, Andorra y Gibraltar.
Porque lo único importante
es que sea paraíso fiscal.

Juguemos a ser corsarios
que en lugar de invadir barcos
colonicen tu boca con besos.

Keramos sin querernos a nosotros primero,
y dejando siempre la ortografía para luego.

Lamámonos las heridas
como la leona a sus crías
en lugar de echar más leña a la hoguera encendida.

Mintámonos fingiendo que no nos echamos de menos
mientras nos escudamos
tras las pantallas del ordenador
dedicándonos sentidos estados
(De Facebook por supuesto)

Nademos dentro de vasos de alcohol
En contraposición
a las horas gastadas en el diván
de aquel afamado psicólogo.

Observemos celosas
los pasos de las chicas hermosas
mientras practicamos dietas milagro.

Pidamos cuidado y dedicación
para con nosotros
y paguémoslo agarrándoos por la nuca
cuando nos practicáis una felación.

Queramos siempre imposibles
que permanecen impasibles
ante nuestra eterna devoción.

Rajémonos las vestiduras
Mientras perdemos la cordura
Por algún santo varón.

Salgamos a la calle a celebrar el mundial
y calentemos el sofá
cuando nos tengamos que manifestar de verdad.

Tiremos piedras
y lapidemos mujeres inocentes
mientras escondemos la mano
para abofetear a la siguiente.

Utilicemos adolescentes como prostitutas
porque sus cuerpos son gloria
y lo único que importa es la minuta.

Vivamos por encima de nuestras posibilidades
porque no es nadie el que no compra,
y si no se gasta no se disfruta.

Con W, X, Y, y Z no se me ocurre nada más que criticar.

Y este texto ya es demasiado extenso por mi culpa.

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