lunes, 16 de diciembre de 2013

Si tú quisieras.

Si tú quisieras, me enamoraría de ti de forma terminal. Como una enfermedad. Hasta la muerte.

La mía.

Si tú quisieras, volaríamos hasta Buenos Aires de una simple caricia y bailaríamos un tango en la calle Corrientes, Caminito o todo el barrio de la Boca, para acabar perdiéndome en la tuya.

Cada día, al caer la noche, lo único que quedaría sería una tímida y vacía botella de tequila que nos vigilaría paciente desde la mesita de noche mientras tú, te quedas conmigo. Y mi mano, en tu costado.

Si tú quisieras, me saltaría más controles que la matadora y aguantaría cada día el dolor de los tacones para tener así, más cerca tu boca y con ella, la melodía perfecta.

Si tú quisieras, me raparía al cero para que no me quedara un pelo de tonta y así me olvidara de pensar en algún pasado idiota.

Podría, también, guardar en una caja todos los besos que malgasto con otros para ofrecértelos a ti todos pagados al contado.

Si tú quisieras, te leería cada noche a García Márquez hasta que te quedaras dormido y pudieras soñar con alguna ciudad perdida en Colombia donde pudieras perderte conmigo.

Y pasaría, todas las noches en vela, velando tus sueños y contemplando consciente, lo frágil que pudieras parecer mientras duermes.

Si tú quisieras, iría todos los domingos a misa de 10 con mi falda más larga y rezaría los padrenuestros que hicieran falta para que no te fueras nunca de mi cama.

Usaría de uniforme tu camiseta gastada de los Rolling si quisieras retenerme como presa en cadena perpetua sobre tu almohada.

Si tú quisieras, cambiaría café por besos cada mañana, fingiría ser abstemia siete días a la semana y entonaría bulerías a cada roce de guitarra.

Escucharía paciente, todas tus canciones aunque siempre hablaran de otras y me quitaría la ropa por cada sonrisa que quisieras cobrarte.

Si tú quisieras, no habría debajo de la alfombra ni una sola duda y coloridos cuadros llenarían cada pared desnuda.

Al terminar, te escribiría un bolero y una ranchera de despedida aun sabiendo que lo nuestro sería para toda la vida.


Si tú quisieras. Claro.

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